NBASENSI, una sección del periodista Àngel Asensi
MÚSICASENSI, una sección del periodista Miquel Asensi

jueves, 24 de noviembre de 2011

MÚSICASENSI (9): LA MICCIÓN DE ROBERT PLANT


Invierno de 1975. Led Zeppelin volvía a los estudios. Un gran noticia para sus fans y también para sus productores, mánagers, técnicos de sonido y distribuidoras, que concebían este grupo como una joya. Cuando los discos se vendían por millones... y con calidad. Robert Plant, su cantante, no estaba en su mejor forma física. Su voz, brillante como siempre, pero su cuerpo aún descansaba en una silla de ruedas. El accidente de tráfico que tuvo en Rodas, Grecia, en agosto de 1975, le obligaba a reposar y a depender de ella durante las jornadas. 

Rober Plant: un personaje vital en la historia del Rock


El grupo quería volver a la "simplicidad" (no nos equivoquemos, lo que para ellos es "simple" para el resto de los mortales es inaccesible). A los temas sin demasiada posproducción. "House of the Holly" o "Physicall Graffiti" quizá tenían demasiados arreglos, no sonaban espontáneos. Tal vez  en la búsqueda de un esquema más desnudo de composición, no se usaron  ni pistas acústicas ni teclados. El grupo llegó a los estudios Musicland, en Alemania con las ideas claras. En tan sólo tres semanas, la grabación estaba finalizada. Y eso que no pudieron contar con el ingeniero asignado, Keith Harwood. Su entorno admite sin dudas su "amistad" con la cocaína, una relación que acabó con él. Nació en Inglaterra, pero trabajaba en Alemania. Se confundió con las normas de tráfico, lo que le llevó a conducir  por la dirección opuesta, tuvo un accidente... y adiós, Keith.  


Como pasa en tantas ocasiones, los egos van en contra del bien de la banda

 Necesitaba atajar el camino. Y soluciones siempre las hay, aunque no sean las más adecuadas o salubres. Sir Plant, sin ser visto por nadie, solía orinar desde lo alto de una trampilla de descarga. "Faena feta no corre pressa", que solemos decir por aquí. Abría la puerta y meaba en la escalera. Hasta que en un momento de la grabación de las voces, no aparecía el cantante. Por este motivo, los componentes no sabían nada de él -la relación entre ellos, como hemos advertido, era prácticamente nula- y además, tenían la costumbre de no decir nunca "adiós" y se largaban sin aviso previo y sin conocimiento del lugar de la huida.




El ingeniero del disco, Mack, fue a quien le tocó ir en búsqueda -y en este caso, también captura- del cantante británico. Una hora después, lo encontró allí abajo, tirado. Por no querer tener su propia micción en los pantalones, cayó por las escaleras. Y no se podía levantar. La puerta de emergencia se cerró automáticamente y nada se supo de él, que esperaba con la silla de ruedas encima. Llamaron a una ambulancia y cuando llegó el servicio, comprobaron que no podían acceder donde estaba el cantante, con dolores corporales, con medio cuerpo enyesado ... y ahora meado. El mismo Mack lo llevó al hospital. Les acompañó John Bonham, músico de la formación que en ese momento estaba acompañado por una copa de coñac.

John Bonham y su inseparable batería


 Cuando llegaron al servicio de urgencias... !qué raro! La cola de espera era tremenda y agobiante para todos. Más aún para un hombre con media cara destrozada por un accidente de moto. Y Robert, quien visiblemente no aparentaba ninguna lesión preocupante, quería que le hiciesen una radiografía ya que quería estar seguro de no haberse roto de nuevo la pierna. Y llegó Peter Grant, manager de Led Zeppelin. Lo hizo confuso, preocupado y con su habitual maletín. Dentro de él, entre 200.000 y 300.000 dólares (mucha pasta para la época). Era muy corpulento e impulsivo. Entró donde el doctor estaba atendiendo al hombre con la cara destrozada y le preguntó al médico qué le iba a cobrar por atender primero a Robert que al paciente accidentado. El responsable sanitario, fiel a su código ético, le comentó que primero debía atender al que tenía media cara partida. Peter, el manager, se fue directo al hacia el doctor, le dio 10.000 dólares y le "aconsejó:": "!Deja que ese cabrón se muera!  !Ocúpate de mi chico!!


 Por esta sencilla razón,  los agentes de la policía se lo llevaron... pero volvió en tan sólo diez minutos. Los que más le conocen no dudan que les dio "propina" a los agentes para volver a la consulta.Trabajar con el baterista John Bonham, aseguran, nunca ha sido fácil. Incluso era capaz a beberse 14 brandy Alexanders de golpe. Llegaba al estudio, abría la puerta y decía: "OK, grabemos esta mierda". Al lado de su batería había un cubo, que aprovechaba para vomitar mientras tocaba. Tenía un roadie, una persona de confianza que le ayudaba. Se llamaba Hinton. A veces, era la vía de escape de John... le tiraba el cubo lleno en su cabeza. Una humillación estratosférica que deja en peor lugar a quien la realiza. 


Extraña portada del disco "Presence"

 Eran épocas de excesos y de descontrol. Incluso las grabaciones, atención,  solían empezar a las tres de la madrugada. Pero el ingeniero acudía 12 horas antes por si a algún músico le apetecía pasar por allí y grabar su parte. El disco, titulado "Presence" se considera el trabajo de menos calidad del grupo, aunque alcanzó el nº 1 en la lista de discos pop publicada por la revista Billboard. Aunque si lo escuchamos, podemos disfrutar  del tema "Achilles Last Stand". Un rayo de luz entre tanta sombra. 
 
Jimmy Page y Robert Plant
 

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