NBASENSI, una sección del periodista Àngel Asensi
MÚSICASENSI, una sección del periodista Miquel Asensi

martes, 25 de junio de 2013

Lebron James, Bill Russell, Julius Erving y la bendición del '6'



Lebron James conquista su segundo anillo y su segundo MVP de las finales. Enhorabuena. Nunca venció un título durante su etapa en Cleveland, cuando llevaba el número 23 en honor a Michael Jordan. Harto de las presiones y de no verse campeón, James decidió cambiar de aires..... y de número. Firmó con los Miami Heat y decidió que llevaría el dorsal 6 en honor a Julius Erving. Desde todos los puntos de vista, ha sido para bien. Nadie lo puede negar. Parece que el número 6 vuelve a traer suerte en las temporadas terminadas en 3. Me explico:
Russell defendiendo a Chamberlain
Temporada 1962-1963. Hace 50 años. Boston Celtics ganó el campeonato a los Lakers por 4-2 en el cómputo global de victorias. Bill Russell jugó con el número 6. No se designaba el mejor jugador de la final, aunque el trofeo MVP de la temporada fue para Russell.

A la tercera, el Doctor J derrotó a los Lakers en una final
 Temporada 1982-1983. Han pasado 30 años. Julius Erving ganaba su único anillo con los Philadelphia al infringir un duro correctivo a los Lakers (4-0). El Doctor J llevaba el dorsal 6. El MVP de las finales fue para Moses Malone.

Dos títulos consecutivos para Lebron
Ahora es el turno de Lebron James. El mejor jugador del mundo esparce su buen juego con el número 6 en la espalda. Es determinante, con buenos porcentajes de tiro y gusto por pasar el balón. Así mismo, debemos destacar el tercer título para Wade, un perfecto complemento para el líder del equipo, ya que nunca pide protagonismo y rinde en los momentos difíciles.

Wade le acaba de dejar el balón en el aire a James
Àngel Asensi Esteve
Periodista 


martes, 18 de junio de 2013

Una muerte muy desechable



"No. No somos punks. Somos Los Desechables". Así es como solía responder este grupo ante los interrogantes que les planteaban fans, amigos, curiosos, entendidos y enemigos. Eso sí: su sonido era muy crudo, sucio, amablemente primitivo e incisivo. Empezaron siendo un quinteto musical que adquirió fama cuando pasó a ser trío.

1982. El año del naranjito, de la primera feria de ARCO, cuando la URSS lanzó estación espacial MIR o el de las Guerras de las Maldivas, también es recordado en Vallirana (Barcelona), como el del debut del grupo Los Desechables. Dos características muy diferenciadoras del resto: ¡no tenían bajista y su cantante, Tere, tenía 14 años!

Una cantante muy joven

 Grabaron su primos temas en formato cassette: ocho cortes muy vivos y que llamaron la atención de algunos de los locutores más importantes -e influyentes- de España. Así, el grupo fue invitado al II Certamen Internacional de Rock de Lyon (París). Todo iba muy bien, quizá demasiado bien. Un guitarrista, un baterista y una voz. Su eco fue brillante y la oportunidad de seguir grabando en estudio era más que una realidad. Con una joven y de buen ver como Tere, los sueños eran posibles y eso lo pensaban el grupo, productores, casas discográficas, distribuidores y hasta cualquier amante de la música no comercial. 

Pero el futuro es caprichoso y las conductas, a veces, no ayudan en nada. Querían grabar un disco y necesitaban dinero. El 23 de diciembre de 1983, el guitarrista de la formación, Miguel, entró a una joyería de Vilafranca del Penedés. Y lo hizo acompañado de una pistola de fogueo. La versión oficial, según los informes policiales, asegura que intentaba atracar el establecimiento. Hay quien no piensa así, pero claro, ¿qué hace una persona con una pistola de fogeo en un lugar dónde hay tanto dinero?). 

Un ayudante del joyero se percató inmediatamente y desde la trastienda, le disparó con un arma. Un segundo aterrador y decisivo. Miguel prácticamente murió en el acto. Se despedía de la vida entre joyas, relojes, collares y escaparates rotos de oro. Entre la abundancia y la opulencia. 



El grupo, obviamente, necesitaba un cambio. Y se pusieron manos a la música. A Miguel lo sustituyó su hermano, Marcelo "el enano" y la formación ya era un cuarteto, aunque seguían sin bajista. En 1984 registraron en directo el disco "Buen-Servicio", que salió al mercado en 1985, con una portada muy llamativa. Un trabajo que se publicó con sólo un tiraje y que los fans agotaron sin sorpresa.  





En 1988, ¡Jack tocaría el bajo en la formación! Así, grabaron el LP "Amor Pirata", con profesionalidad y gusto, lo que les supuso poderse radiar en alguna emisora de radio comercial. Pero ya nada era lo mismo. Dos años después, la cantante cambió el micrófono de mano por los ambientales -inició su carrera como actriz- y, en 1990, fundó Raiser, una banda de rock duro con músicos venidos del mundo punk. 

"Amor Pirata" tuvo repercusión en las ventas





Miquel Asensi Esteve
Periodista 

martes, 11 de junio de 2013

Se retira el caballero Hill y el recuerdo de Drazen Petrovic

En su época de Detroit




Grant Hill deja las canchas de baloncesto. Un jugador elegante, con clase, con mucha clase. Y con una educación exquisita dentro y fuera de las pabellones. El bueno de Hill ha de ser una referencia sobre todo para los jóvenes, ya que era capaz de machacar sin piedad y además, no provocaba altercados de ningún tipo. No llevaba tatuajes y desde su temporada de novato, en 1994, lideró a los Detroit Pistons siendo un jugador-franquicia. Pero lo más importante era que se le comparaba con Michael Jordan. 

Después se convirtió en un ejemplo de superación ya que las lesiones no le volvieron a dejar en paz hasta el punto de que no disputó ningún partido durante la temporada 2003-2004.  Sirvan estas líneas como tributo a un dominador del baloncesto en todas sus facetas mientras estuvo sano. 1026 partidos, 16'7 puntos, 6'0 rebotes, 4'1 asistencias, 1'2 robos... un alero capaz de pasar bien el balón y de rebotear con facilidad. 

Hill-Jordan: dos suertes bien distintas

Petrovic llegó a triunfar en la NBA

Por otra parte, se cumplen 20 años del fallecimiento de Drazen Petrovic.  Un jugador al que se le tenía amor u odio, pero un líder en la cancha. Tímido y reservado en la calle, se transformaba durante los partidos. No dudaba en lanzar a canasta o en repartir asistencias.  Era un referente cuando los europeos empezaban con la aventura NBA. No le importó estar sentado en el banquillo de Portland cuando era el mejor jugador europeo del momento (siempre que Sabonis estuviera lesionado, claro).

Una joya de cromo

Despuntó en los últimos años en el basket USA. Pero también fue un huracán con Yugoslavia y con Croacia. Todavía recuerdo con nostalgia aquellas olimpiadas o mundiales donde Petrovic, Gallis y Óscar Schmidt copaban los primeros lugares en la clasificación de anotadores con medias estratosféricas y con buenos porcentajes de tiro en todas sus facetas.









Grant Hill y Drazen Petrovic. Dos de los jugadores con los que más he disfrutado de este maravilloso deporte llamado baloncesto.

Àngel Asensi Esteve
Periodista


domingo, 12 de mayo de 2013

Julio Iglesias y su devoción por el heavy metal




 Judas Priest es una de las formaciones de heavy metal más conocidas de este nuestro planeta llamado Tierra. Escenificación, poderío, un set list de canciones universales y una legión de fans que les pedían, cada año, guerra en los escenarios. Una banda inglesa poderosísima no tanto en su sonido (un agresivo rock clásico) sino por su nombre y su traducción (El discípulo de Judas).

Arrasaron la vieja Europa en los '70 del pasado siglo. Munich, Madrid, Londres, qué más da. Allí estaban Rob Halford (considerado como uno de los mejores líderes y cantantes de rock duro), sus dos guitarristas, bajista y baterista. 

Cuidaban al máximo su vestuario
 Pero llegaron los '80. Las presiones discográficas aumentaban (era un negocio claro) y también les pedían ciertos cambios para que todo continuase igual. Total, que lo que antes eran himnos de composición, ahora sólo eran buenos temas (mejores que los del resto de muchísimas bandas, incluso incluyendo las americanas). Año 1985. El calendario marcaba año de grabación y también del uso de sintetizadores. Para algunos fans, este instrumento "mata" los discos porque intenta reproducir sonidos que deberían de realizarse con otros instrumentos (arpas, pianos, solos, pads de órganos, arreglos instrumentales,...). Las pistas de las mesas de mezclas, las etapas, los bafles y las grabadoras ya estaban en pleno registro, en las Bahamas. Y en el estudio de al lado, se encontraba también en la faena, un tal Julio Iglesias -por cierto, el artista internacional que más ha vendido en China, que se dice pronto-. 





 Julio Iglesias igual a bolero. Judas Priest igual a heavy metal. Rob Halford estaba metiendo la voz al tema "Prisoner Of Your Eyes" y la verdad... no sabemos cómo quedó. Precisamente este tema no formó parte del disco ya que la canción se quedó fuera del listado definitivo. Don Julio Iglesias sí que pudo escuchar el tema y le dijo a uno de los técnicos del grupo melenudo que le parecía una buena composición y que incluso que quería cantar esa canción. Al final, sólo quedó en un deseo de un músico español que había conquistado, como mínimo, tres continentes. 

El disco se publicó en 1986. Incluía temas como "Out In The Cold" o "Turbo Lover". Pero algo pudo haber cambiado. Si hubiésemos escuchado un dueto Halford-Iglesias hubiese sido tremendo. Como también, que la formación de Birmingam se hubiese ofrecido a colaborar en temas como "Hey, no vayas presumiendo por ahí..." con doble bombo, guitarras dobladas y el bueno de Halford pidiendo, de nuevo, que el cielo se abriese con sus agudos infinitos. 



Miquel Asensi Esteve
Periodista





domingo, 5 de mayo de 2013

Los ángeles caídos no van al cielo

Demasiado talento sin explotar

Rotundo fracaso de los Lakers y de los Clippers en las eliminatorias por el título de la NBA. Los han enviado a casa en la primera ronda, algo que pocos expertos esperaban antes del comienzo de la temporada regular.  La ciudad de Los Ángeles aspiraba a todo y se ha quedado sin nada.

Las lesiones se notaron y mucho en los Lakers. Pero no hay excusas para justificar un año discreto, muy discreto, teniendo en cuenta el potencial del equipo del glamour por excelencia. Nash, Bryant, Pau Gasol y Howard no aseguran un título si falta la química de equipo. Por primera vez, he disfrutado del juego de Kobe Bryant, ya que en muchas ocasiones prefirió pasar el balón por el bien del conjunto. Este sacrificio tuvo recompensa... hasta que el escolta se rompió y llegaron los Spurs de San Antonio. 

El trío de San Antonio juega con química
 
Un auténtico equipo que juega sin demasiadas fisuras pese a que cada año, sus principales estrellas (Duncan, Parker y Ginobili) avanzan en edad, pero no en rendimiento. Esperemos que la barrida (cuatro partidos a cero y sin problemas) sirva para que Pau Gasol descanse más de lo previsto y recapacite acerca de su participación en el europeo de este verano en Eslovenia. El 16 de los Lakers tiene ambición y hambre de título (pese a que lo ha ganado prácticamente todo), por lo que es una oportunidad perfecta para volver a sentirse ganador y olvidar la sensación de haber perdido una temporada.



Por su parte, los Clippers tenían buenas sensaciones, un gran bloque de jugadores y dos líderes sobre la pista (el creador de juego Cris Paul y el brutal Blake Griffin). Por primera vez eran campeones de división debido al récord de victorias conseguidas por el club en una temporada (56). Vencieron los dos primeros partidos de play-off... y encadenaron cuatro derrotas consecutivas contra los Memphis Grizzlies del mejor jugador defensivo de la NBA, Marc Gasol. Se esfumaron las esperanzas de alguna gesta importante ante un equipo modesto que juega con un quinteto titular muy bien perfilado y con aportación constante del banquillo.

Primer europeo que consigue el galardón al mejor defensor en la NBA



Griffin: salto, coordinación y potencia


El mundo del deporte en general y del baloncesto en particular está repleto de ejemplos de equipos favoritos claros que quedan en fracasos históricos, en esperanzas mojadas de lágrimas de rabia, en jugadores que se convierten en ángeles caídos que no van al cielo.

Àngel Asensi Esteve
Periodista

martes, 23 de abril de 2013

El disparo japonés más conocido e inexistente del Rock








 Mi amigo y baterista de los Rolling Bessons, Ángel Suárez, me incita a investigar en la historia de los Deep Purple. Quiere saber si es cierto si hubo una bala suelta durante el concierto. Ahora intento explicar qué es lo que pasó.


El disco “Made in Japan” es el mejor registro de un concierto en directo que ha visto la luz nunca. Poderoso y real. Durante los días 15 y 16 de agosto de 1972, en Osaka y Tokio, la banda inglesa estaba asumiendo el liderazgo mundial del planeta Rock. Y claro, no podía faltar la canción “Child in Time”, brutal y  magistral interpretación de un Ian Gillan, considerado por muchos, como el Jesucristo del Rock (en el doble LP titulado “Jesuchist Superstar” el hace él pone la voz al hijo de Dios). 


Temas clásicos de la banda


“Child in Time” tiene una duración casi exagerada. Entendámoslo: eran los principios de los ’70 y el rock quería posicionarse en contra del hippismo, y la mejor forma era precisamente, destacando el talento musical y la improvisación. Justamente en el minuto 09:44 del tema se escucha un ruido. Las leyendas se apoderaron de un misterio que se convirtió en un principio no fundamentado: era un disparo. Un tiro.

Entonces, la fantasía, junto a la literatura, convirtieron ese extraño ruido en un suicidio. Un aficionado japonés lo llevó a cabo. “Child In Time” era su canción favorita y como no necesitaba nada más, decidió suicidarse. Nadie se dio cuenta, sólo al final del concierto encontraron un cadáver en las gradas.

Y así fue como este disco se vendía como el del suicidio en directo, una grabación demasiado realista. 



 Si analizamos ese ruido, aunque sin precisar exactamente de qué se trata, lo más normal es que se trate de alguna nota musical realizada por John Lord con su Hammond. Un efecto muy poco característico en este gran músico... vamos, que parece que se confundió de nota o que entró cuando no tocaba y reaccionó al instante. 


Una gran actuación que sobrevive al paso del tiempo


No hubo disparo. No hubo fallecido. Tampoco debería quedar la leyenda porque es errónea. Lo que sí que queda es este impresionante disco, cuya versión triple me la trajeron los Reyes Magos después de hablar con Pep

 Miquel Asensi Esteve
 Periodista 

domingo, 31 de marzo de 2013

Lebron James MVP y los históricos Calderón e Ibaka



Lebron James ganará en pocas semanas su cuarto trofeo MVP, lo que le confirmará aún más como el mejor jugador de la NBA, y por extensión, del mundo. Y lo es desde todos los puntos de vista que se quiera: para mí, el líder del equipo con más victorias durante la liga regular en una temporada tan exigente, se convierte en MVP, independientemente de si es el máximo anotador de la competición o de si se trata del jugador más completo. La racha histórica de 27 victorias consecutivas (la segunda mejor marca de siempre), confirma aún más este razonamiento.

Pero es que si además, analizamos las estadísticas, James es el jugador perfecto. Su arsenal es idílico para este deporte: 26'9 puntos, 8'10 rebotes, 7'3 asistencias, 56% en tiros de campo, 40% en tiros de tres puntos, 1,7 robos de balón y 0,9 tapones. O lo que es lo mismo: cuarto en anotación, noveno en asistencias, noveno en porcentaje de tiro de dos puntos, el décimo en recuperaciones de balón, el séptimo jugador con más dobles-dobles (36) y el segundo en cuanto a triples-dobles (cuatro) se refiere.

"El Elegido" hace honor a su apodo

Además, y muy importante, lidera la NBA en cuanto al apartado de eficiencia, es decir, de la importancia que genera su actuación partido tras partido. Hay que añadir que Lebron no abusa del tiro así como que busca a los compañeros de equipo cuando es necesario. Si analizamos con detenimiento, tiene números de base, escolta, alero, ala-pívot y pívot. Por todo esto, es de nuevo, en mi opinión, MVP. James cumple su décima temporada en la NBA y juega sin la presión que otorga la estela de tener un anillo de campeón.

Lebron James ofrece un recital en cada partido




El otro gran candidato, Kevin Durant, tendrá que esperar. Durant es líder de la liga en puntos (28,3) y posee también una fiabilidad pasmosa a la hora de lanzar: más del 50% en tiros de campo, 40% en triples y 90% en los libres. Pero no tiene la visión de juego de James. Ni el mejor porcentaje de victorias-derrotas de la liga.


A falta de nueve partidos para concluir la temporada regular y empezar la disputa de los play-off (el momento de la verdad), hay que destacar a José Manuel Calderón. Atención, porque lidera la clasificación de mejor porcentaje de tiros de tres puntos ya que atesora un 46% de efectividad (128 de 278). Desde su llegada a Detroit, ha encestado el 52% (49-94 en 25 partidos disputados con los de Michigan). Un hecho histórico para un jugador español.


Por otra parte, Serge Ibaka lidera la clasificación de tapones por partido (3'06), tras los ocho que ha repartido esta noche en la victoria de su equipo, Oklahoma City Thunder, frente a los Bucks de Milwaukee. De seguir así, lideraría esta clasificación dos temporadas consecutivas.




Àngel Asensi Esteve
    Periodista