Talento y clase al servicio de las seis cuerdas |
Casi siempre se suele hacer la misma pregunta a las personas con cierta intelectualidad musical: ¿a quién prefieres, a The Beattles o a los Rolling Stones? Pero creo que falta un tercer elemento para que el juicio no sea tan apresurado y con sólo una cuestión, sepamos el interés y la discoteca del preguntado. La nueva fórmula sería: "¿a quién prefieres, a The Beattles, los Rolling Stones o Deep Purple? Tres bandas británicas, buenas y muy reconocidas a nivel internacional. Vamos, que se lo han trabajado y tiene el status de leyenda (y el título de "Sir" por parte de la Reina, que también manda lo suyo).
Ian Gillan siempre me ha parecido una gran voz, quizá el mejor cantante que ha dado el rock sólo superado por Freddie Mercury con sus variados registros que le permitían alcanzar casi cuatro octavas. Cuando actuaba, Ian Gillan encontraba a su derecha, por el escenario, a su gran ventaja y su gran inconveniente: el mismísimo Ritchie Blackmore. Con su guitarra blanca, su sombrero, su pobre estatura y su calidad, llenaba el escenario. Y eso se dice pronto de uno de los mejores compositores de riffs que ha dado el rock desde su inicio.
Una guitarra preciosa. Buen gusto el de Blackmore |
Entre Ian y Ritchie no había, precisamente, demasiado buen compañerismo o si lo prefieren, se llevaban bastante mal. Y esta opacidad sentimental la acabaron pagando los fans, aquellos que compraban discos, llenaban salas y jaleaban (y siguen reivindicándolo) el trabajo "Made In Japan" como el mejor LP en directo de siempre.
El cantante y el guitarrista ya no se esforzaban (en los años '70) por ofrecer una imagen de banda cohesionada o, como mínimo, aparentar fisuras donde había grietas. A finales de la década, cada uno por su sitio... una decisión que acabó arrastrando a toda la banda.
Pero en los '80 volvieron con el espectacular disco "Perfect Stranger"... una reagrupación esperada, comercialmente bienvenida y que reiventaba a una de las mejoras bandas de siempre a la hora de componer. Pero a finales de la década, Ian y Ritchie seguían esperando cambios en la guitarra y en el micrófono, respectivamente.
Desafortunadamente, a veces el orgullo está por encima de la música |
Ian Gillan, años después, no iba a negar que la canción "Smoke On The Water" era la bandera del grupo, el himno de estadio, pero matizó que lo más importante -y lo que hizo conocido el tema- fue, precisamente, la letra, que aborda la quema de un estudio de grabación en Suiza. Suerte que Ian Gillan no dijo que lo mejor de la composición era la interpretación vocal, porque le hubiesen acusado de falta de modestia hasta nuestros días. En definitiva, que Gillan apostaba por la letra.
Pero como la música no entiende de fronteras, por ejemplo, ¿qué español en los '70 u '80 se fijaba en los textos, si apenas encontrábamos personas que supiesen inglés por nuestro territorio? Amigo Ian Gillan, "Smoke On The Water" es el riff de canción más conocido de la historia, según algunas encuestas. Ese "Pa-pa-paaaaaaaa... pa-pa-pa-paaaaaaaaa... pa-pa-pa-pa-paaaaaa" es universal. Y se lo sacó de la chistera (o del sombrero) Ritchie Blackmore.
Y como homenaje a este riff o interpretación de guitarra al principio de la canción, 1.683 guitarristas (aunque el récord Guinness refleja 1.680) se juntaron en Kansas en 2007 para tocar estas notas. (Según la afinación que cada uno quiera, pero puedes empezar por "LA/DO/RE..."). Seguro que los allí reunidos no tenían en cuenta lo que dijo el gran Ian Gillan, que en este caso no lleva razón. Ritchie creó esta pieza, junto a sus compañeros, que hoy, siguen esperando una sucesora igual de potente.
Su riff, uno de los más recordados |
Por eso, cuando me preguntan si The Beattles o Rolling Stones, en mi cabeza siempre suena el "PA-PA-PAA.... PA-PA-PA-PAAAAAA".