Judas Priest es una de las
formaciones de heavy metal más conocidas de este nuestro planeta
llamado Tierra. Escenificación, poderío, un set list de canciones
universales y una legión de fans que les pedían, cada año, guerra
en los escenarios. Una banda inglesa poderosísima no tanto en su
sonido (un agresivo rock clásico) sino por su nombre y su traducción
(El discípulo de Judas).
Arrasaron la vieja
Europa en los '70 del pasado siglo. Munich, Madrid, Londres, qué más
da. Allí estaban Rob Halford (considerado como uno de los mejores
líderes y cantantes de rock duro), sus dos guitarristas, bajista y
baterista.
Cuidaban al máximo su vestuario |
Pero llegaron los '80.
Las presiones discográficas aumentaban (era un negocio claro) y
también les pedían ciertos cambios para que todo continuase igual.
Total, que lo que antes eran himnos de composición, ahora sólo eran
buenos temas (mejores que los del resto de muchísimas bandas, incluso
incluyendo las americanas). Año 1985. El calendario marcaba año de
grabación y también del uso de sintetizadores. Para algunos fans,
este instrumento "mata" los discos porque intenta reproducir
sonidos que deberían de realizarse con otros instrumentos (arpas,
pianos, solos, pads de órganos, arreglos instrumentales,...). Las
pistas de las mesas de mezclas, las etapas, los bafles y las
grabadoras ya estaban en pleno registro, en las Bahamas. Y en el
estudio de al lado, se encontraba también en la faena, un tal Julio
Iglesias -por cierto, el artista internacional que más ha
vendido en China, que se dice pronto-.
Julio Iglesias igual a
bolero. Judas Priest igual a heavy metal. Rob Halford estaba
metiendo la voz al tema "Prisoner Of Your Eyes" y la
verdad... no sabemos cómo quedó. Precisamente este tema no formó
parte del disco ya que la canción se quedó fuera del listado definitivo.
Don Julio Iglesias sí que pudo escuchar el tema y le dijo a uno de
los técnicos del grupo melenudo que le parecía una buena composición y que
incluso que quería cantar esa canción. Al final, sólo quedó en un
deseo de un músico español que había conquistado, como mínimo,
tres continentes.
El disco se publicó en
1986. Incluía temas como "Out In The
Cold" o "Turbo Lover". Pero algo pudo haber
cambiado. Si hubiésemos escuchado un dueto Halford-Iglesias hubiese
sido tremendo. Como también, que la formación de Birmingam se
hubiese ofrecido a colaborar en temas como "Hey, no vayas presumiendo por ahí..." con doble bombo, guitarras dobladas y el
bueno de Halford pidiendo, de nuevo, que el cielo se abriese con sus
agudos infinitos.
Miquel Asensi Esteve
Periodista
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