Son cosas que pasan, o
mejor dicho, cosas que se graban. Y los estudios profesionales son un
buen ejemplo para ello. Freddie Mercury, Roger Taylor, John Deacon y
Brian May trabajaban en el registro del disco “Jazz”. Queen,
sumergidos en una exitosa fama y por fin reconocimiento masivo
llegado de de los Estados Unidos, querían seguir rockeando el mundo.
Era 1978. Las
composiciones principales del disco ya estaban listas. Ya se sabe,
“Don’t Stop Me Now”, “Bicycle Race”, “Mustapha” o la
preciosa “In Only Seven Days” auguraban otro éxito
musical/promocional del grupo. Y estaban enrachados, no hay duda.
Después de los éxitos de “We Will Rock You” y “We are the
Champions”, volvía a la producción Roy Thomas Baker, un auténtico
Rey Midas que trabaja sólo con líderes de masas.
Quizá no hayas
escuchado en tu vida el tema “Dead On Time”. Su duración es de 3
minutos y 23 segundos y recuerda, sin mucha nitidez, al “Keep
Yourself Alive”, primer single del grupo. Al finalizar el tema,
Freddie Mercury exclama uno de sus alaridos y se escucha
perfectamente el sonido de un trueno, de tormenta. Pues bien, no es
ningú efecto especial pregrabado o enlatado. Se trata, precisamente,
de un efecto originado por la naturaleza.
Brian
May, el guitarrista, estuvo atento. En una noche inquieta, donde,
precisamente, una tormenta rompía el silencio, el bueno de Brian
gravó ese sonido tan característico de un potente trueno. Y así
fue como se trasladó después al registro definitivo del disco. El
mismo grupo, en las dedicatorias del disco, le dio gracias a Dios por
ese rugir de trueno, final apoteósico para su canción.
No
sé por qué pusieron el nombre de “Jazz” a ese vinilo. En él
podemos encontrar medios tiempos, rock duro, baladas,… pero ninguna
nota de este estilo musical. Nunca se lo he preguntado al grupo. Como
supongo que ellos nunca le cuestionaron a Dios si quería colaborar
en su grabación.
Miquel Asensi Esteve.
Periodista
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